El Complejo Arqueológico Toro Muerto fue inscrito en la Lista Indicativa del Patrimonio Mundial de la Convención de UNESCO de 1972 como bien cultural bajo el criterio C (iii) en el año 2019. Revela la expresión material de una notable tradición singular de arte rupestre, expresada en figuras y escenas de la vida cotidiana de alto significado simbólico, grabados en miles de rocas de origen volcánico, y la transformación social del paisaje natural. Por lo que, los petroglifos de Toro Muerto constituyen un testimonio sobresaliente de una tradición cultural ya desaparecida.
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